viernes, 5 de diciembre de 2008

Hoy por la mañana

Chateaba a eso de las 11 p.m. con mis amigas, para acordar bien a qué hora íbamos a ir a comprar el regalo al otro día para el cumpleaños de una de ellas. Ya con un poco de sueño, apago la compu, me lavo los dientes, pongo la alarma del celular a las 9:30 a.m. para poder bañarme y bajar caminando hasta la Córdoba como habíamos quedado. Y me voy a dormir. Me levanto, y me estoy por bañar. Me llega el mensaje de una amiga diciéndome que su viejo iba a pasar por mi casa a dejar la guita. Pasa que nosotras juntamos plata y compramos, entre todas, un buen regalo. Obviamente, lo hacemos en todos los cumpleaños. Volviendo a lo del mensaje de mi amiga, me pongo a escribirle la respuesta en el cel. Iba a tener que pasar la guita por abajo de la puerta porque yo iba a estar en la ducha. ''Mensaje restringido''. La puta madre, no tengo crédito. La llamó. Se lo digo, que por abajo de la puerta, al estilo cartero. Todo bien. Me voy a bañar ahora sí. Demoro no más de 10 minutos, y salgo. Me visto, me peino, me perfumo, me lavo los dientes. Y me acuerdo de ir abajo a ver si estaba la guita. Nada. 10:45 a.m. Ya llego tarde. Suena el timbre. Sí, el papá de mi amiga. Charlamos un rato, así:
-¿Cómo andás vos?
-Bien, bien.
-Me dijo la Vale que te dé $5.
-(Me río) Si, $5.
Me da un billete de $5, seguido de uno de $20.
-¿Qué es lo que van a comprar?
-El regalo para la Juli, la Juli Corbalán.
-¡Ah! No la conozco a esa Juli.
-Eeeesa morochita con un poco de rulos.
-No, ni idea la verdad.
-Así que ya estás libre del colegio.
-Sí, por suerte.
-¡Qué bueno!
-¿Y la Juli? (mi hermana, no la Corbalán)
-Ahí anda, un poco dudosa con matemática, no se sabe si se la lleva o no.
-¡Uuuuy!
-Sí, un embole.
-Bueno...¿para dónde vas?
-¿Vos para dónde vas?
-Para el colegio.
-Ah, yo también.
-Te acerco entonces.
-Dale, ya vengo, busco mi mochila...
(Entro a mi casa rápido, salgo y cierro la puerta con llave)
-Cerraste bien, ¿no?
-Sí, bien.
-Bueno, vamos.
-¿Voy adelante?
-Sí, sino parezco remisero.
(Me vuelvo a reír)
Ya eran las 10:55 a.m. Llegaba más que tarde. Ya fue.
-Acá nomás, gracias.
-Listo, chau Agu.
-¡Chau!
Las busco a mis amigas en el colegio, nada. Yo sin crédito. Y como ya casi se hacían las 11 a.m., me mando para el centro directamente. Me camino todo el centro 28 veces, y nada. Paso por un colegio, hecha la ''guau'' porque no tengo clases. Unos tipos con uniforme que están sentados en la vereda me gritan.
-Eh amiga, subíte el pantalón.
Me río y pienso, ''pero qué mierda te importa. Yo soy dueña de andar mostrando medio culo, vos andá a estudiar boludo''. Sigo camino. Saco el celular de mi bolsillo, y veo: 3 llamadas perdidas de Ro. Uffa. ¡Qué boluda soy al poner el celular en vibrador, parece que mi culo no tiene sensibilidad ni para detectar la vibración más densa que la mierda de cuando te llaman! Tengo el celular en la mano por si vuelve a llamar. Nada. Sigo caminando, embolada. Llama. Atiendo.
-¿Dónde andás Agu?
-En, eeh, al frente del Paseo de la Ciudad. ¿Vos?
-En la galería alfhwoutighnl (no logré escuchar).
-Ahh. ¿Y cómo hacemos?
-Ya vamos para ahí.
-Dale.
(Más tiempo como una boluda sin encontrarlas)
Otra llamada.
-Agu, estamos en la galería Impulso, vení.
-Bueno, ahí voy.
Vuelve a llamar por no caminar una cuadra. Lo que es la vagancia.
Camino, llego, saludo. Nos vamos a comprar el regalo. Compramos un jeans. Tenemos ganas de un helado. Vamos por un helado. Nos sentamos por ahí a tomar tranquilas. No sé si es ''tomar'' o ''comer'' helado, nunca lo supe. Tampoco sé si es ''un kilo'' o ''un litro'' de helado. Me encuentro $2 tirados. De cómo, soy muy chota para encontrarme guita. Aparecen así de la nada, 2 changuitos pobres que mendigaban. Se tiran al piso por un helado. Nos manotean el helado. Primero me da pena, después ni mierda. Se enojan porque le decimos que no tenemos nada. Recibo una piñita. ¡Qué pendejos chotos, no se merecen ni áca! Le damos $0,25 para sacárnoslos de encima, nada más. Uno se prende de la pierna de una amiga, y le quiere quitar el helado. Ésta que se lo damos. Se hacen los nerviosos. Son pendejos tránfugas que siempre veo en la calle. Se hacen los mudos para que les den guita, y hablan más que la mierda. Los odié. Nos vamos corriendo para que no nos agarren. Seguimos visitándo negocios, buscando regalo. En los cumpleaños de antes, comprábamos 4 cosas casi siempre. En éste pintan sólo 3. Me mira una amiga y me dice:
-Che boluda, no creo que lleguemos a comprar 4 cosas como antes.
-No, ni a gamba. Pasa que estamos en una crisis económica durísima, todo sube mamila.
Todo para hacerme la sabia y hacerla reír un rato, nada más. Porque tengo menos idea de crisis económicas, que mi abuela de floggers.
Compramos sólo 3 cosas. Sobran $12,75. Gaseosas. Nos deshidratabamos. Nos chupamos 2 Fantas grandes bien frías por el centro, mientras subíamos para volver cada una a su casa.
Esa fue la sofocante mañana de hoy, con un solazo de la puta madre. Chivé como una yegua, y tenía un círculo mojado en la espalda por la mochila de mierda que tiene gamuza no sé que choto.